Nuestro baile mágico fue muy sorprendente, en el cual cada uno de nosotros llevaba una venda y tenía que bailar con el compañer@ que tuviese su mismo zapatito de cartón, sin saber quien era hasta después del baile. La sala estaba totalmente decorada para la ocasión con luces tenues, musica de baile, y todo tipo de decoración romantica. La verdad es que la actividad se convirtió en divertida, pero a la vez un poco incomoda ya que estabas bailando con alguien al que no conocias y por lo menos en mi caso esto me pone un poco nerviosa, pero después la profesora encargada de esta parte nos hizo bailar todos juntos y se relajo el ambiente.
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